
El 15 de junio, Kate Middleton, la siempre elegante Princesa de Gales, volvió a la escena pública en el desfile Trooping the Colour, marcando su primer evento desde su valiente anuncio en marzo sobre su lucha contra el cáncer y su tratamiento con quimioterapia.
A sus 42 años, Kate llegó radiante con un vestido blanco de Jenny Packham, adornado con ribetes negros y un lazo en el escote. Lo que parecía un nuevo atuendo era en realidad una versión reciclada del vestido que lució en la víspera de la coronación del Rey Carlos el año pasado. El vestido simple pero elegante fue actualizado con un nuevo escote y detalles diferentes en la cintura, una muestra de su compromiso con la moda sostenible.
La Princesa de Gales complementó su look con un peinado recogido y un elegante sombrero blanco de Philip Treacy. Llevaba sus pendientes Cassandra Goad Cavolfiore Pearl Studs, conocidos por ser los mismos que usó en el bautizo del Príncipe Louis en 2018 y en Wimbledon en 2023. Además, lució el broche regimental de los Irish Guards, destacando su rol como coronel honorario del regimiento.
Kate viajó en el Glass Coach junto a sus hijos, el Príncipe George, de 10 años, la Princesa Charlotte, de 9, y el Príncipe Louis, de 6, antes de unirse a la familia real en el balcón del Palacio de Buckingham.
El regreso de Kate a este evento no solo fue un momento de moda, sino también un testimonio de su fortaleza. En una carta emotiva compartida el día anterior, actualizó al público sobre su tratamiento: "Estoy haciendo buenos progresos, pero como cualquiera que esté pasando por quimioterapia sabe, hay días buenos y días malos. En esos días malos, te sientes débil, cansado y tienes que descansar. Pero en los días buenos, cuando te sientes más fuerte, quieres aprovechar al máximo el bienestar."
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