Protege a tu Familia Este Verano con Estos Consejos Cruciales
Las altas temperaturas del verano son un llamado irresistible a refrescarse en piscinas y parques acuáticos. Sin embargo, lo que parece un oasis de diversión puede esconder riesgos significativos para la salud. Aunque el cloro y el bromo son efectivos para eliminar la mayoría de las bacterias y virus del agua, algunos patógenos pueden sobrevivir y causar enfermedades graves.
Entre los principales riesgos se encuentran el Cryptosporidium, conocido por su resistencia al cloro, y el Norovirus, causante frecuente de brotes de enfermedades gastrointestinales. Estos microorganismos, vinculados a la contaminación fecal, pueden provocar síntomas como diarrea, fiebre y vómitos, afectando especialmente a niños y personas con sistemas inmunológicos comprometidos.
La Dra. Clare Rock, de la Universidad Johns Hopkins, advierte que el cloro no siempre es suficiente debido a desequilibrios químicos en el agua o a la rápida reexposición a patógenos antes de que el tratamiento surta efecto completo. Además, irritantes químicos como las cloraminas, formadas por la mezcla de cloro con sudor y orina, pueden causar problemas como erupciones cutáneas, ojos rojos y tos.
Para protegerse, es fundamental tomar medidas preventivas simples pero efectivas: ducharse antes de entrar en la piscina, evitar tragar agua, y mantener un buen equilibrio de pH en el agua son prácticas recomendadas. Además, se aconseja revisar los registros de inspección de la piscina, asegurarse de la presencia de socorristas y considerar alternativas si la piscina no cumple con las normas de seguridad adecuadas.
Este verano, disfruta del agua de manera segura y protege a tu familia tomando las precauciones necesarias contra los riesgos ocultos en las piscinas.
¿Quién está en riesgo? Las altas temperaturas del verano invitan a disfrutar de piscinas y parques acuáticos, pero estos oasis de diversión pueden albergar riesgos para la salud.
¿Qué peligros existen en las piscinas? Descubre los patógenos acuáticos que sobreviven en el agua, a pesar de los tratamientos con cloro y bromo.
¿Cuándo se vuelven un problema? Estos microorganismos pueden causar enfermedades como diarrea, fiebre y vómitos, especialmente cuando no se controla adecuadamente la limpieza del agua.
¿Dónde ocurren estos incidentes? Principalmente en piscinas y parques acuáticos, donde la exposición a gérmenes como Cryptosporidium y Norovirus es más probable.
¿Por qué el cloro no es suficiente? Aunque el cloro debería eliminarlos, desequilibrios químicos y resistencia bacteriana pueden permitir la persistencia de patógenos peligrosos.
¿Cómo puedes protegerte? Consejos prácticos como ducharte antes de nadar, evitar tragar agua de la piscina y mantener un pH adecuado pueden reducir los riesgos de enfermedades y irritaciones.
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